24 mar 2010

A 34 años, por la Memoria, la Justicia y la Verdad

Hace 34 años nuestro país comenzaba a transitar una de las etapas más nefastas y oscuras de nuestra historia. Se ponía en marcha el autodenominado proceso de reorganización nacional, interrumpiendo, una vez más, el Estado Constitucional de Derecho.

Esta intervención ocasionó que miles de personas fueran detenidas, torturadas, asesinadas y desaparecidas o forzadas al exilio, atentando de esta manera contra los Derechos Humanos. Durante esta época, se llevaron adelante actos aberrantes, como la supresión de las libertades individuales, la disolución del Congreso, la remoción de los miembros de la Corte Suprema de Justicia, la intervención de los sindicatos obreros y las Universidades, la proscripción de la actividad partidaria y la censura de los medios de comunicación.

El Golpe de Estado avasalló también distintas instituciones, entre ellas nuestra Universidad Pública, menoscabando al sistema educativo argentino, no solo restringiendo el ingreso a ella y arancelándola, sino también atentando contra su normal funcionamiento.

La autonomía fue violada, los órganos de cogobierno intervenidos, la extensión desplazada, las voces censuradas, los estudiantes y profesores, perseguidos y expulsados; principios estos que inspiraron a los reformistas en 1918, y que este atroz Golpe de Estado cubrió con un manto de sombras.

Tras estos oscuros años, una vez recuperada la Democracia de la mano de Raúl Ricardo Alfonsín, nuestro país comienza el más largo período de estabilidad democrática de la historia, logrando llevar a cabo el juicio a las juntas militares, único por sus características en el mundo.

Como estudiantes de Derecho no podemos ignorar ni dejar de luchar por muchos de los objetivos que todavía no hemos logrado alcanzar, porque aún cuando elegimos la democracia como única forma de vida, sabemos que nos queda un largo camino por recorrer y derechos por conquistar.

En momentos en que el correcto funcionamiento de las Instituciones de la República y la división del Poder son bastardeados, y en el que muchos de los derechos políticos y sociales se encuentran vulnerados, debemos primordialmente fortalecer y afianzar la Democracia.

Hoy, en el Bicentenario de la patria, tenemos la obligación de mantener vivo el recuerdo; en las personas, en los relatos, en la cotidianeidad de vivir y convivir con un pasado cruel, porque solamente recordando podemos hacer que esto no se repita NUNCA MÁS.

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